VERIFICANDO EL TRABAJO

Existen estrictos controles de calidad en todos los pasos de la confección manual de un Habano. Aquellos que no alcancen la calidad requerida nunca se convertirán en Habanos. 

Cada día el Jefe de Galera supervisa la labor de los Torcedores. A su vez, los Supervisores, que son Torcedores experimentados, chequean cada brigada de Torcedores observando sus técnicas y verificando confección y dimensiones.

Los Habanos una vez terminados se colocan en unos recipientes de madera llamados mini-roderos o cajuelas. Los mini-roderos se marcan con el número del Torcedor, vitola de galera y fecha de fabricación.

Posteriormente, los mini-roderos ubicados en otros recipientes de mayor tamaño llamados roderos son trasladados al departamento de control de la calidad donde los técnicos verifican los Habanos por su peso, longitud, grosor, consistencia, confección y apariencia externa, examinando particularmente el estirado de la capa y monta de la perilla.

Existen chequeos a muestras aleatorias de la producción terminada. Los Habanos son abiertos de manera que se pueda verificar la construcción interna y la ligada – momento importante para los Torcedores – ya que reciben su salario por producto terminado.

Entre las últimas técnicas introducidas para el control de la calidad esta la máquina de tiro. Esta máquina se utiliza para probar el tiro de los bonches antes de que se le pase la capa a cada Habano. Este sistema fue introducido a finales del 2001 y en estos momentos su uso se ha extendido a todas las fábricas de Habanos.

Las maquinas de tiro verifican la circulación interna del aire en los bonches, antes de pasar la capa.

Posteriormente existen otros controles de calidad por el Escogedor y el Revisador que tienen lugar antes de que los puros hayan sido envasados en sus cajas. Incluso aquellos envases que no presenten el aspecto requerido serán retirados de la producción.

 Los Supervisores examinan el trabajo de cada Torcedor.

 

SABOREANDO EL RESULTADO

Cada fabrica tiene su equipo de catadores, que se reúne a diario para degustar los Habanos y evaluarlos de acuerdo a un sistema de puntos por parámetros que incluyen el tiro, combustibilidad, aroma, sabor, fortaleza y calidad general del Habano. De 3 a 5 Habanos son degustados en cada sesión. Si existiese alguna diferencia con los parámetros establecidos en cuanto al carácter y formato de las marcas y vitolas, los catadores sugerirán los ajustes correspondientes.

Los Catadores constituyen la primera línea de la Comisión Nacional de Degustación, que depende del Instituto de Investigación del Tabaco, y mantiene una estrecha relación con el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (D.O.P.) Habanos, que es finalmente responsable de la estabilidad de la ligada de todas las marcas de Habanos.

El Consejo Regulador puede realizar controles complementarios en cualquier momento si lo estima pertinente.

 Los Catadores fuman regularmente el trabajo de cada Torcedor.

TIEMPO DE REPOSO

Una vez concluida su confección y antes de pasar a las cajas, los Habanos se colocan en el Escaparate.

Aquí, en compartimientos forrados de cedro, se dejan reposar para que eliminen el exceso de humedad que adquirieron durante el proceso de torcido. Después de una semana ya están listos para ser fumados. Pero cuanto más tiempo permanezcan en este lugar mejor será. Las condiciones se mantienen entre los 16°   C y 18°C con una humedad relativa que fluctúa entre 65% y 70%. Esto es mucho más fresco y seco que la del clima normal de Cuba.

Al Escaparate a menudo se le denomina “el tesoro”. En este lugar se almacena la verdadera riqueza de la fábrica.

Proceso de Escaparate donde se hacen reposar los Habanos para estabilizar su humedad. Escaparate de la Fabrica Partagas, 2000* La Habana, Cuba.

*Antiguamente esta operación se realizaba en mazos de 50 llamados "medias ruedas"

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